Archive for 2008

6. Nuevo México Nº 30, el estatus.


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Sustentemos con algunos argumentos económicos la idea de Heliodoro J. Gutiérrez como un empresario pudiente.


H. J. Gutiérrez y su esposa alquilaron una vivienda en los altos de Nuevo México Nº 30. Para 1909 establecer en el mismo domicilio la “Fotografía H. J. Gutiérrez, The Chicago Photo Studio” se estipuló un muy interesante contrato de arrendamiento.


Los contratos de arrendamiento para viviendas notariados es un hecho poco común, y aquí tenemos un caso; circunstancia que permitió la subsistencia del mismo en el Archivo General de Notarías del Distrito Federal, al documento le dio fe el notario Jesús Raz Guzmán, notario Nº 39, el 28 de junio de 1909.


El contrato estipula el arrendamiento de la vivienda Nº 1 de los altos de Nuevo México Nº 30 (de antemano habitada por el contratante), más una habitación de la planta baja y la azotea que le corresponde a la vivienda por un plazo forzoso de 10 años; en la cláusula 4º se especifican los usos de dichas áreas y las prerrogativas: en la habitación de la planta baja con salida, se permite la demolición de uno de sus muros para construir una vidriera, y la construcción de una escalera que la comunique con la estancia superior, a su vez de está se podrá construir otra escalera para comunicarla con la azotea. En la azotea se podrán construir una o más piezas (habitaciones) a las que se destinaran para el uso de un taller de fotografía; se faculta al inquilino para instalar un tinaco con suministro de agua independiente y de un sistema de drenaje; se le permite arreglar el cubo del zaguán (bajo su propio costo) e instalar en ambos lados de dicho zaguán aparadores que no excedan los 15 cm. de profundidad; la cláusula 6º obliga al inquilino a abandonar el inmueble si tiene el retraso de una sola mensualidad, y como permaneció ahí hasta el fin del contrato podemos asumir que siempre cumplió con los pagos, el costo fijo del arrendamiento se pacto en $95 pesos de plata u oro fuerte, equivalente aproximado al salario mensual de tres obreros calificados. El costo del contrato que corrió por cuenta de Heliodoro Juan Gutiérrez fue de $ 44 pesos con 50 centavos.

Para nosotros es obvia la necesidad de ciertos elementos como agua potable, tinaco, drenaje, luz eléctrica, o una línea telefónica; pero establezcámonos en la ciudad de México de 1909: la mayoría de las viviendas de la ciudad no disponían de ninguno de estos servicios y solo un puñado podían ostentarlos todos.

El teléfono no fue un instrumento práctico aceptado de ipso facto; a principio del siglo XX en la ciudad de México se veía la lucha por introducir y dominar el mercado telefónico de una forma estable, las difíciles relaciones con las autoridades gubernamentales y una población que tardó un poco en avenirse al sistema telefónico lo dificultaban; algo que se lograría más o menos a partir de 1907 con un oligopolio de dos empresas: La Compañía Telefónica y Telegráfica Mexicana (filial de la norteamericana Internacional Telephone and Telegraph Co), y la Empresa de Teléfonos Ericsson S.A.


El sistema telefónico era utilizado principalmente por actores económicos y políticos; en concreto, empresarios, profesionistas, compañías de negocios e instituciones de diversa índole con solvencia económica.


Los comerciantes fueron los más interesados; por ejemplo, en 1902: 127 comisionistas y mercaderes abonaron a Mexicana; en tanto que para 1910 la Empresa de Teléfonos Ericsson servía a 163, de un total de 300 clientes.


Es claro que dividiendo el número de abonados con línea telefónica entre todos los establecimientos comerciales de la ciudad de México solo una fracción de ellos contaban con el servicio, más aun de los 76 estudios fotográficos, solo un 50% de ellos se anunciaba en directorios telefónicos o comerciales.


$ 8.33 pesos mensuales era la tarifa imperante en 1910, equivalente al salario diario de 8 policías del distrito federal (The Birth of Mexican Telephony; Víctor Cuchı Espada), hablar de una línea telefónica en 1910 era hablar de estatus...

La Fotografía H. J. Gutiérrez, The Chicago Photo Studio contaba en 1910 con dos líneas telefónicas, una de Mexicana y la otra de Ericsson con lo que garantizaba la solución del problema de conectividad y lo ponía a disponibilidad de cualquiera con servicio telefónico.

Mexicana, 307
Ericsson, 1085


Fragmento del libro:
Mirando fotografías, Recuerdos de Familia. De Arturo Guevara E. ©

5. Nuevo México Nº 30, creando una imagen.


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Dentro de la historia oficial de la fotografía en México a Heliodoro J. Gutiérrez se le ha dado un papel marginal, ha no ser por las imágenes del periodo revolucionario. No se le nombra entre los fotógrafos de Estudio con prestigio y tradición como el de los hermanos Valleto, Octaviano de la Mora o Rodolfo Jacobi; tampoco dentro de los que consiguieron comisiones importantes de parte del Gobierno como Guillermo Kahlo o Eugenio Espino Barros; o con los productores de tarjetas postales como Miret o Brehme; solo esporádicamente en el fotoperiodismo.


En la década de 1910, la Fotografía H. J. Gutiérrez, The Chicago Photo Studio sufrirá de cambios en su estructura interna y ya no solo las constantes mudanzas físicas y de imagen. Un equipo de cuatro fotógrafos y demás personal como ayudantes, dependientes, retocadores, etc., integraran su fuerza labora. Desde 1906 Aurelio Escobar C. se había integrado como ayudante de Heliodoro J. Gutiérrez, y con el tiempo adquirió los conocimientos para ostentar el estatus de fotógrafo.

¿Quiénes son los otros fotógrafos de la Fotografía H. J. Gutiérrez, The Chicago Photo Studio?


En un sobre membretado de la Fotografía H. J. Gutiérrez, The Chicago Photo Studio, y mata sellos del 10 de octubre de 1911. Como parte del membrete al extremo superior izquierdo y de forma fragmentada se lee en una fila de cuatro renglones:

FOTOGRAFOS:
H. ESCOBAR
C. ESCOBAR
C. ESCOBAR


Los nombres de pila se perdieron al romper el sobre para abrirlo. Se trata de los hermanos Escobar: Ignacio Escobar Hernández (1880), Aurelio Escobar Castellanos (1888) y Enrique Escobar Castellanos (1893). La forma de escribir los apellidos usando la inicial del segundo en primer lugar es una costumbre de la época; sobretodo Aurelio la usara con constancia: “Aurelio C. Escobar”; el orden en que se colocan en el membrete sigue una secuencia cronológica, del hermano mayor al menor. Por el resto de sus vidas los hermanos Escobar se dedicaran a la fotografía, pero solo Aurelio lo hará de manera independiente, será el jefe del equipo y en quien Heliodoro Juan Gutiérrez Escobar confiará en diversas ocasiones su destino económico, además de ser el primero en integrarse a la fotografía.


¿Pero un Estudio fotográfico de las características de la Fotografía H. J. Gutiérrez, The Chicago Photo Studio necesitaba de tantos fotógrafos y porque integrarlos en 1910?

En 1909, Heliodoro J. Gutiérrez era el único fotógrafo ostensible de la Fotografía H. J. Gutiérrez, The Chicago Photo Studio. ¿Por qué el cambio?

Olivier Debroise en su libro Fuga Mexicana un recorrido por la fotografía en México, nos informa que para 1910 existían 74 Estudios fotográficos en la ciudad de México (número que se había mantenido más o menos estable desde 1870).

¿Como podemos determinar independientemente de su producción fotográfica el lugar social y económico de cada uno de ellos?

La respuesta a esta pregunta daría una idea más imparcial que el análisis subjetivo en cuanto a la calidad artística de una fotografía.

La tradición familiar da a Heliodoro Juan Gutiérrez Escobar una posición con prestigio fotográfico y una solvencia económica holgada. No tenía necesidad de ganarse la vida visitando la Alameda Central, Chapultepec o la Villa de Guadalupe, ni con trabajos de poca monta, o como algunos escritores e historiadores han sugerido trabajando en un diario: Miguel Ángel Berumen “1911 la batalla de ciudad Juárez”, David Dorado Romo “Ringside Seat to a Revolution: An underground history of El Paso and Juárez 1893-1923”. Las expresiones de sus familiares para esos días eran: Heliodoro era un hombre rico…

Como confrontamos esas ideas y expresiones con la realidad histórica, con la casi ausencia oficial de H. J. Gutiérrez por parte de los historiadores y críticos fotográficos.

El mismo Olivier Debroise hace reflexiones sobre el papel de los fotógrafos durante el año de 1910 y las fiestas patrias del Centenario: Los fotógrafos fueron los grandes ganadores económicos. La solvencia económica de un establecimiento necesariamente va de la mano de su aceptación con el público y de sus ganancias…


¿Cómo se repartió ese pastel?

¿La Fotografía H. J. Gutiérrez, The Chicago Photo Studio era uno más de los 76 estudios de la ciudad de México o tenía una posición de preponderancia?

Si bien Heliodoro J. Gutiérrez podía mantenerse al margen de la trashumancia fotográfica, eso no implicaba su olvido de ese nicho de mercado, par ello como empresario disponía de sus fotógrafos. Su visión de los negocios le permitió prever las oportunidades de las Fiestas del Centenario y tomar los pasos conducentes, ofreciendo un abanico de opciones a un público igualmente amplio en el estrato social y adaptándose a los cambios imperantes en el mercado de la oferta y demanda.

En 1910 hay dos acontecimientos de gran relevancia, uno como fin de una era y el otro el principio de otra. Para el régimen porfiriano las fiestas del Centenario fueron su fastuosa salida de escena, y la campaña política su ataúd, surgimiento de un periodo de turbulencia política, social y militar: la revolución mexicana.


Fragmento del libro:
Mirando fotografías, Recuerdos de Familia. De Arturo Guevara E. ©

4. De casa amplificadora a Estudio fotográfico.


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Los encabezados de la papelería tanto de La Casa amplificadora de Retratos y The Chicago Photo Studio; dan pie a su comparación:

En La Casa Amplificadora de Retratos, se presenta H. J. Gutiérrez como fabricante e importador de variados productos amen de su quehacer fotográfico; mientras The Chicago Photo Studio, es una idea extranjera en su concepción, “franquicia”.

Del documento referente se extrae la nota: “TRECE AÑOS EN ESTADOS UNIDOS”. Para tratar de entender a que se refiere tenemos tres datos: una empresa fundada en 1893 en los Estados Unidos, con el nombre de “The Chicago Photo Studio”, y con la peculiaridad de trabajar bajo el sistema de franquicia; el candidato más probable es: The Chicago Portrait Company, fundada en 1893, en South Wabash Av. 509, Chicago, Illinois, y que trabajo bajo el principio de las franquicias en los Estados Unidos y fuera de ellos.

Hay una marcada diferencia entre ambos ejemplos de papelería y conceptos representados. El primero cumpliendo con los requisitos elementales de un establecimiento comercial (tienda), se presenta con una gran variedad de productos:


“En nuestras oficinas tenemos instalada una GALERIA FOTOGRAFICA, montada de igual forma a las principales de Europa y Estados Unidos, donde tenemos negativas al ultimo estilo y artísticas, contamos además con los aparatos más modernos conocidos hasta hoy. También tomamos fotografías de casa, Comerciales, fachadas e interiores, Fabricas, Garajes, Despachos, Minas, Haciendas, Ganados, etc. etc. y en general cualquier tipo de vistas.”Además: FABRICANTE E IMPORTADOR.“CROMOS DE VARIAS CLASES Y TAMAÑOS. RETRATOS AL CRAYON, TINTA CHINA, ACUARELA, SEPIA Y AL PASTEL. SE VENDEN LUNAS VISELADAS DE TODOS LOS TAMAÑOS.”

“Cuando mis abuelos (Aurelio Escobar y Mª del Consuelo Vélez) cambiaron su residencia a Coyoacan, no se establecía aun el servicio de agua potable. Por lo tanto obtuvieron el permiso para construir un pozo. Cuando yo nací el pozo ya estaba cerrado por una enorme loza, junto había una pileta de mampostería de unos dos metros de largo y una estructura techada con dos lavaderos y otra pequeña pileta. La estructura se sostenía por dos columnas y un muro posterior. En el habían dos largas gavetas de madera, con una puerta abatible en cada una. En las gavetas y el espacio entre ellas y el techo se atiborraba un tesoro de objetos para jugar; cascos medievales, escudos, y objetos extraños. Bueno así los veía siendo un niño. En realidad eran filas de pantallas para reflectores amarradas entre si por mecates. Botellas, cajas de cartón, pinzas para la ropa, clavos, barrillas, tubos y muchos marcos para fotografías. Mi papá los fue sacando, los limpio, les coloco cristales y a usarlos.”


Arturo Guevara Escobar

Heliodoro Juan Gutiérrez Escobar se presenta a si mismo a la vanguardia de la tecnología y del servicio, como empresario dispuesto a servir a todo mundo y con multitud de cualidades. No sabemos hasta que punto era independiente en el suministro de insumos catalogados como “Fabricante” o si dependía de la maquila, tampoco conocemos si contaba con dibujantes o sí era el mismo el que proveía del servicio, era un establecimiento que contaba con lo que se podía llamar sistema tradicional del retrato, dibujo en diferentes técnicas, la vanguardia de la fotografía y los efectos de moda, dibujos hechos sobre fotografías o calcándolas; es el personaje multifacético donde predomina la capacidad de servicio.


En trabajos como el retoque y la iluminación de fotografías se hacia un uso intensivo de la mano de obra femenina, las hermanas de Aurelio Escobar, Isabel y Domitila, participarían en ellos durante años, sin saberse a partir de que momento lo hicierón.


Como dato curioso existía otra casa amplificadora de retratos perteneciente a Gerardo Vizcaíno, por homonimia podría tratarse de uno de los parientes de la familia Vélez, oriundo de Tapalpa Jalisco; se dice que entre 1904 y 1906 en ella trabajo José Clemente Orozco realizando el trabajo de dibujante y retocador, Heliodoro Juan Gutiérrez estaba casado con maría Luisa Vélez y mantenían diversos vínculos familiares con las familias más pudientes de los Altos de Jalisco: Vizcaíno, Corcuera, De la Torre; inclusive se podría tratar de la misma casa amplificadora de H. J. Gutiérrez…En otro caso John Walsh se ostenta como artista de la Casa Amplificadora de P. O. Boli, habiendo artistas reconocidos que se dedicaban a esa tarea y no solo desconocidos.

El segundo caso, The Chicago Photo Studio; es una imagen de éxito, una franquicia, el atractivo de lo “chic”, como si habláramos hoy de Sony, Gucci, o Ferrari... Aunque las dos empresas se ubican en la misma calle, La Casa Amplificadora de Retratos está en la zona comercial de la ciudad, en esa sección de las calles de Nuevo México predominan los sastres, casas de modas, fabricantes de sombreros y comercios de abarrotes, y The Chicago Photo Studio está en las inmediaciones del Paseo de la Reforma y sus elegantes Mansiones; ya no se habla de minas y garajes, Heliodoro Juan Gutiérrez Escobar ya es un especialista: “En el Retrato”.


La papelería de The Chicago Photo Studio nos habla de elegancia, de un trabajo de impresión más sofisticado, es un mensaje destinado a un auditorio diferente. Aun con las notorias diferencias ambas presentan en común el estatus de Heliodoro Juan Gutiérrez en un segundo plano, la empresa es primero. Los servicios planteados en la Casa amplificadora no se dejan de prestar con The Chicago Photo Studio, aunque no se hace una publicidad expresa, aunque ya no es Heliodoro Juan Gutiérrez quien los realiza, desde 1906 se apoya en la ayuda de Aurelio Escobar Castellanos y conforme sus necesidades van creciendo su platilla de trabajadores también.

Fragmento del libro:
Mirando fotografías, Recuerdos de Familia. De Arturo Guevara E. ©

3. Heliodoro y su primer negocio.


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Heliodoro J. Gutiérrez desde su regreso a México ejerce la profesión fotográfica y como propietario de un negocio fijo: La Casa Amplificadora de Retratos, ubicada en la 2ª de Nuevo México Nº 30 (hoy Articulo 123), lo vemos por primera vez en 1905.


En el Directorio general de la Ciudad de Mexico, de Emil Ruhland, 1906, aparecen publicados varios establecimientos con esta denominación: “Casa amplificadora de retratos” donde el nombre del dueño diferencia a uno de otro; por lo tanto probablemente el negocio sería conocido como: Casa Amplificadora de retratos de H. J. Gutiérrez.


El 26 de junio de 1906 contrae nupcias Heliodoro Juan Gutiérrez Escobar con María Luisa Vélez López; hija del Coronel Vélez Galván. H, J. Gutiérrez se había avecinado en la ciudad de México, perteneciendo a la parroquia de la Veracruz; mientras María Luisa radicaba en la ciudad de Toluca. La ceremonia religiosa por supuesto se realizó en Zacoalco de Torres, Jalisco.

El enlace matrimonial supondría cambios para Heliodoro no solo en su vida personal, también en la profesional. Uno de los primeros cambios en ese sentido sería la participación de Aurelio Escobar Castellanos bajo su tutela; ese mismo año llega Aurelio a la ciudad de México.


Aunque el Coronel Vélez había muerto en 1902, su familia y las De la Torre, Preciado, Vizcaíno, Corcuera, etc. que formaban el poderoso clan de los Altos de Jalisco mantenía buenas relaciones con los miembros de la sociedad porfiriana de la ciudad de México, facilitándole la participación en ese medio a Heliodoro Gutiérrez en un estudio fotográfico de más altos vuelos.

La Casa Amplificadora de Retratos de H. J. Gutiérrez tendrá una vida corta, para 1908 se había remplazado por: The Chicago Photo Studio, Foto H. J. Gutiérrez., empresa ubicada en la calle de Nuevo México Nº 204; la hoja de papelería con que contamos como documento de esta segunda empresa se usa para una carta fechada el 1º de febrero de 1908. Por la redacción usada en la papelería de la “Casa Amplificadora de retratos” se infiere que fue impresa después de 1905 pues se dice: “Establecida en la ciudad de México en el año de 1905”, ostentando el numero telefónico Ericsson 1085, como la compañía se introdujo en 1907; tiene que ser posterior a este acontecimiento y por necesidad anterior a 1908.

De su estancia en San Francisco (1896-1902) Heliodoro Juan Gutiérrez Escobar creará lazos ideológicos que nunca romperá, imitando las tendencias tecnológicas y estilos artísticos generados en los Estados Unidos, más que los europeos. Regresando al vecino país en diferentes ocasiones en busca de materiales, equipo fotográfico, ideas, participando de congresos y siendo recibido en diferentes instituciones.

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Mirando fotografías, Recuerdos de Familia. De Arturo Guevara E. ©

2. Trabajando en San Francisco.


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Heliodoro J. Gutiérrez nos dejo un rastro lleno de interrogantes en San Francisco: ¿Donde trabajo, con quién, que tipo de material realizo? Y quizás corresponderá a los investigadores locales darnos algún día luz al respecto.


Es sorprendente la participación femenina en la fotografía para la segunda mitad del siglo XIX, en el estado de California, USA. El historiador y fotógrafo Peter E. Palmquist, en su libro Shadowcatchers: A Directory of Women In California Photography Before 1901. (Arcata, California: Published by the author, 1990), hace una lista de casi mil fotógrafas activas antes de 1901. Entre ellas Mary Winslow, Melinda E. Cramer quien trabajo junto a su esposo en Cramer Photograph, Mary E. Cooley Harris, Floride Green, etc. Entre los hombres la lista es aun mayor sobresaliendo: Edward James Muggeridge, Arnold Genthe, Richard J. Aronid, Edgar A. Cohen, C. B. Clark, Louis S. Slevin, William E. Dassonville, J. Walter Collinge, y Ansel Adams.

El ambiente donde se formo o convivió H. J. Gutiérrez era rico en oportunidades y pletórico de personajes de quien tomar ejemplo; con una saturación tal que superaba con mucho al total de fotógrafos activos en todo México en la misma época. En un conjunto tan amplio y complicado donde no sabemos con quién se inicio, si trabajo como ayudante de algún Estudio Fotográfico, sí llego a desarrollarse de forma independiente, no podríamos decir mucho más.

Sin embargo podría existir una esperanza…

Aurelio Escobar Castellanos hasta cierto momento de su vida tuvo acceso a los originales de tres fotografías, a las que posteriormente les sacó duplicados llegando hasta nosotros. No corresponden a ningún personaje identificable de sus familiares y la indumentaria y los tipos anatómicos nos dan pie a la especulación.

La indumentaria de los personajes es claramente victoriana. Retrató una novia cuyo vestido aunque nos resulte extraño notarlo para nuestras costumbres es color blanco,que no era el único disponible ni usado entonces, a partir de la boda de la reina Victoria fué éste color el que gana popularidad; siendo el más atractivo ya en la década de 1890. Por lo que un vestido de novia victoriano blanco nos habla de vanguardia y de un estatus socio económico especial; el modelo representado se puede ubicar entre la década de 1886 y 1896.

El ser atesoradas las fotografías por A. Escobar sería otro indicativo de filiación, de ser así son los únicos vestigios del trabajo inicial de H. J. Gutiérrez, y muy coherentes a su constante laboral: novias, varones galantes y niños.

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1. H. J. Gutiérrez fotógrafo.


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A pesar de haber contado con la oportunidad de conocer a personas coetáneas de Heliodoro, con ninguna de ellas pude platicar sobre el tema, mi interés en él nació después de la muerte de todos ellos y solo puedo especular en algunos casos sobre su vida; de las platicas con sus descendientes directos el desconocimiento ha sido la constante.



Porqué, ni cómo Heliodoro Juan Gutiérrez Escobar (H. J. Gutiérrez) se introdujo en la fotografía lo sabemos; si su gusto por ella nació con el contacto con fotógrafos locales del estado de Jalisco, o en otra parte, lo que sí es seguro es el acceso de las personas que lo rodeaban en ese momento a la fotografía, y por ende la posibilidad para H. J. Gutiérrez de ver a los fotógrafos en su medio, entre ellos Octaviano de la Mora.

Juan Carlos Abel en su publicación: Abel's Photographic Weekly, revista editada entre 1907 y 1934 en su resumen de 1911 nos dice:


The prize long-distance attendant at the Dallas Eastman School, was H J Gutierrez, of Mexico City. We hope he will stretch his ticket a little further in ...

Adicionemos un poco de más de información antes de analizar esta frase; Heliodoro con tan solo 17 años se encamina a los Estados Unidos estableciéndose en la ciudad de San Francisco, California en 1896. De esa estancia tenemos un solo documento. El censo de 1900, promovido por el gobierno de los Estados Unidos, y nos aporta los siguientes datos: Heliodoro J. Gutiérrez vivía en Jones Street 506, soltero, con cuatro años de residencia en los Estados Unidos, hablaba, escribía y leía el inglés, los cuatro años de su estancia los llevaba trabajando y como profesión: Fotógrafo.

Lo más interesante del documento es la residencia de otro fotógrafo en el mismo edificio: Brendow Clark, de origen Australiano. Fotógrafa con 11 años ejerciendo la profesión; y escribí correctamente fotógrafa. Según Mary Brown: Women's Photography After the Gold Rush en 1900 se encontraban trabajando en San Francisco 41 mujeres como fotógrafas y 75 más dentro de la industria fotográfica. Si existió alguna relación profesional entre ambos fotógrafos es un misterio, y simplemente se puede tratar de una coincidencia…


Ahora interpretemos las palabras de Juan Carlos Abel; si en 1911 se le llama “long-distance attendant” “un viejo asistente”


¿A cuánto tiempo se podrá referir para delimitar la lejanía temporal: antes de 1896, entre 1896 y 1900, antes de 1903 cuando regresa a México?


Segundo punto, en 1911 Abel dice: Heliodoro J. Gutiérrez asistió hace tiempo a la “Dallas Eastman School”, de hecho su nombre correcto sería: “Traveling Eastman School of Professional Photography”, se trata de una institución ambulante que impartía seminarios a fotógrafos profesionales en diferentes partes de los Estados Unidos.


Otra palabra que usa Abel es: “prize”, “galardonado”: ¿Se refiere a la medalla de oro ganada en la “Esposizione Internazionale di Milano”?

Abel no logra aclararnos los orígenes fotográficos de Heliodoro, pero nos afirma el interés por adquirir una educación formal en el campo, el grado de maestría y el reconocimiento de su trabajo dentro de la comunidad fotográfica en los Estados Unidos.

Fragmento del libro:
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0. Presentación.


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Heliodoro J. Gutiérrez, su orígen.


Heliodoro Juan Gutiérrez Escobar, era oriundo de Zacoalco de Torres, nació un 21 de diciembre de1878, aunque hay documentos que lo presentan para 1879. Hijo de Juan Gutiérrez y Ángela Escobar; Heliodoro es bastante elusivo para darnos su información personal, la fecha de su nacimiento la conocemos por documentos cruzados pues no se ha podido localizar ni su acta de nacimiento ni su fe de bautizo.

De su madre sabemos que era hija de Benito Escobar Ureña y Nieves Martínez Ureña, y nació un 3 de agosto de 1859. Heliodoro J. Gutiérrez era pariente de Aurelio Escobar Castellanos, este último hijo de Benito Escobar Ureña y Josefa Castellanos; la gran longevidad y diversos matrimonios de don Benito es la causante de la complicación de los parentescos, siendo Aurelio tío de Heliodoro, pero habiendo una diferencia de edad entre ellos de diez años; Aurelio el menor.

H. J. Gutiérrez pasó sus primeros años en el pueblo de Zacoalco junto a sus dos hermanos María y José; comenzó a trabajar para el Coronel de caballería Félix Vélez Galván, padrino de su abuelo Benito Escobar:

Heliodoro era un muchacho hábil y de iniciativa. Una de las casas de los Vélez era la llamada La Caldera, donde se producía manteca, untos y velas, se empacaba en latas y cuando la producción era lo suficiente se montaba en mulas. Se armaba un tren de esos animales para transportar la manteca desde Zacoalco de Torres hasta Guadalajara, esto era antes de la construcción del ferrocarril. Un día se encontraba el embarque listo y el caporal no aparecía, Heliodoro mirando lo que sucedía en un instante se trepa en la mula caponera y sin esperar de más tomo rumbo a Guadalajara.

Aunque la historia la escuché en varias ocasiones de boca de mi abuela, María del Consuelo Vélez de la Torre, a ella también se la contaron pues ocurrió antes de su nacimiento, 1897; gran parte de la infancia y adolescencia de Heliodoro la pasaría en la ciudad de Guadalajara de la que no sabemos más.

Fragmento de libro:
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Aurelio C. Escobar, su orígen.

Aurelio Escobar Castellanos nace en una población del estado de Jalisco; Zacoalco de Torres, un 8 de noviembre de 1888. Hijo mayor en terceras nupcias de José Benito Escobar Ureña y de Josefa Castellanos. Criado dentro de fuertes lazos familiares con sus 9 hermanos naturales y 14 medios hermanos. Aprende la disposición al trabajo manual de tradición familiar, la talabartería.

Cumple con grado de sobresaliente sus estudios de Instrucción oficial en 1904, tras cuatro años en la Escuela de 2º clase para niños de Zacoalco de Torres. Ahí mismo comenzará a trabajar de dependiente en un comercio local, la tlapalería.

Con su llegada a la ciudad de México en 1906, Escobar se introducirá en el arte de la fotografía observando el trabajo de su mentor Heliodoro Juan Gutiérrez Escobar, en un principio como muchos ayudantes únicamente cargando las cámaras fotográficas, posteriormente ocupándose de actividades de mayor responsabilidad. No solo contará con el apoyo didáctico de Heliodoro, también de textos como los de A. Buznego, y los del fotógrafo y escritor francés George Brunel, etc.

Aurelio haría sus primeros trabajos fotográficos en la Alameda Central. Los Domingos Heliodoro salía con su cámara y se plantaba en la Alameda Central para tomar fotografías de la Sociedad Porfiriana que se daba cita en el lugar. El estudio fotográfico de Heliodoro se ubicaba a unas cuantas cuadras y había que cargar el trípode y la cámara, las petacas con los negativos y otros utensilios. Aurelio Escobar lo acompañaba, al pasar del tiempo primero salía Aurelio con el equipo y cuando estaba instalado llegaba Heliodoro. Un día en que Heliodoro no llegaba y los clientes se encontraban impaciente Aurelio empezó a tomar las fotografías.

Así lo contaba la Abuela.

Fragmento de libro:
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